martes, 20 de mayo de 2008

Un lujo...



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Gastronomía, MARTES, 20 DE MAYO DE 2008, eldia.es


SEGÚN PENSADORES especializados, el concepto del lujo ha cambiado y la tendencia, además de ser menos materialista, es mucho más emocional; en el consumo de nuestro tiempo, el valor de un objeto no depende del precio sino del valor que cada uno le dé.

La importancia del lujo se mide en términos emocionales y no materiales. Una prenda puede ser lo último en diseño o estar hecha a mano por un amigo: las dos tienen un significado emocional parecido, convirtiéndose por ello en irremplazables.

Entonces, yo me pregunto: ¿Qué es el lujo? Me cuestiono también si realmente un producto alimenticio que se presenta como lujoso se debe simplemente a su alto precio o realmente a su calidad. Si es que hoy toca esto y mañana aquello, o al final todo es simple negocio.

En unas declaraciones recientes, el gurú de la cocina internacional Ferrán Adria , considerado actualmente el mejor cocinero del mundo, afirmaba que si la alta cocina se basaba en el caviar y la trufa, estaba condenada al fracaso.

Estoy de acuerdo con el chef del restaurante elBulli (el establecimiento enclavado en la localidad gerundense de Roses, Cataluña) y me alegro de que alguien tan influyente se haya decidido a resaltarlo. Personalmente, esta idea la he defendido desde hace muchos años.

¿No es suficientemente respetable la tradición o la defensa de nuestra identidad gastronómico-cultural?

Estimo que hay razones más que suficientes para huir convenientemente del efecto unificador de la globalización, pero todo indica a las claras que la originalidad se pierde.

¿Por qué razón no le damos la importancia que merecen nuestros buenos productos?, presentables en cualquier lugar fuera del Archipiélago, eso sí, tratados con profesionalidad y sensibilidad. ¿Es que acaso no son un lujo?

Los que hemos defendido y creído en esta idea, trabajándola día a día en nuestros restaurantes, hemos querido contribuir por hacer crecer nuestra gastronomía canaria y aportarle la proyección que merece entre otros vistosos destinos culinarios de nuestro país.

Vale la pena luchar entonces por lo bueno que tenemos y por mejorar el resto del panorama gastronómico, convenciendo al público isleño de que la vida es una evolución y la gastronomía, como consecuencia de ella, también.

Creo y estoy convencido de que
el lujo puede ser simplemente... tu compañía.


El aderezo Jesús González Cocinero


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